Profesor Jorge Valdivieso
hace 3 mesesDon Jorge Valdivieso, durante más de 20 años, formó a cientos de alumnos no solo en la cancha, sino también en valores, disciplina y compañerismo. Hoy, ya fuera del Colegio, conversamos con él para recordar sus inicios, anécdotas, enseñanzas y reflexiones sobre su historia, como parte importante de nuestra comunidad.
¿Cuándo y cómo llegó a trabajar al Cordillera?
Llegué al Colegio Cordillera en febrero del año1999. Casi un año antes, el papá de una compañera de curso de mi hija (con quién compartíamos la directiva del curso) y amigo Rotario de la familia de mi señora. Un día me pregunto si quería postular como Profesor de Educación Física en un colegio de Las Condes.
En ese entonces yo era Corredor de Seguros y me dedicaba a asesorar empresas y personas en el área de las pensiones, pero extrañaba hacer clases y Carlos (mi amigo) lo sabía. Rápidamente actualicé mi curriculum y lo llevé a su casa. Pasaron seis meses, tiempo en el cual pensé que ya se habían olvidado del tema.
Un día de agosto de 1998, me llama Don Alfredo Zelaya para invitarme a una entrevista de trabajo. Tuvimos una muy grata conversación y luego un recorrido por el colegio, donde no faltó la visita a las canchas de Mini Voleibol. En noviembre me avisan que debo presentarme en febrero para la presentación oficial.
En esos años, el Cordillera ya era fuerte en vóleibol, y se había construido recientemente el gimnasio. ¿Qué recuerda de sus primeros años en el Colegio? ¿Qué lo marcó de esa etapa?
Así es, el Cordillera desde sus inicios definió dos deportes representativos, el atletismo y el voleibol. Se confeccionaron los horarios de entrenamiento y profesores encargados de las selecciones. Como estímulo para los alumnos destacados, se participaba en un par de campeonatos de fútbol al año.
Esto hizo que el Cordillera tuviera siempre muy buenos equipos en ambos deportes y con destacados seleccionados chilenos. Me marcó mucho el sistema de enseñanza del voleibol que realizaba el Profesor Mario Henríquez, que mantenía a todos los alumnos de 4° básico entretenidos y activos en sus clases, motivados a mejorar en su ranking por puntos. Ese formato solo lo había visto y realizado en la YMCA y me sorprendió verlo aplicado en un colegio.
¿Qué lo motivó a quedarse tantos años en el Colegio Cordillera?
El Cordillera siempre se ha caracterizado por ser un colegio más bien familiar, de preocupación constante por el profesorado y los alumnos. Como profesor me sentí apoyado por la Dirección del colegio, por mis colegas y por los papás para desarrollar todas las actividades que se me proponían; Acción Social (trabajos de invierno y verano), Viajes de Estudio, Campeonatos, Pumitas, etc.
Siempre había algo que hacer en la formación de los alumnos. Y para los profesores, cada año, algún curso de especialización, charlas con los más diversos temas relacionados con la educación y un plan para Magister.
Todo propuesto y realizado con un cariño inigualable. Para mí, no era opción tomar la decisión de partir.
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¿Cómo conversa el buen desempeño y la exigencia deportiva, con el rol de educador y la enseñanza? ¿Cómo se planifica esto?, desde el punto de vista de la competencia deportiva.
La planificación y la experiencia permiten ir compatibilizando el crecimiento biológico del niño con su desarrollo psicomotor, detectando y respetando los diferentes grados de madurez individual. En las etapas más tempranas las diferencias pueden ser más marcadas y es donde hay que emparejarlas con algunas reglas que le permitan a todos competir con la mayor igualdad posible.
Una de las claves para el buen desempeño de los alumnos es exigirles que den el máximo de sus posibilidades siempre, que no dejen nada para otra oportunidad.
La otra es el respeto entre compañeros y su profesor y viceversa.
Anécdotas debe tener muchas, pero siempre existen situaciones que a uno le marcan y sorprenden. ¿Qué podría compartirnos en esta materia?
La verdad que son muchas, pero una que recuerdo con mucho cariño fue en una salida al Manquehuito de los Pumitas.
Estaba dándole indicaciones de orientación a los niños y los papás que nos acompañaban. Especialmente les indique lo peligroso que era la niebla cuando uno está en algún cerro..."se pierden los puntos de referencia y es muy difícil encontrar el camino correcto...", no había terminado la frase y empezó, inesperadamente, a entrar una niebla que hacía imposible ver más allá de un par de metros. Seguimos caminando por una huella a mitad del cerro. De pronto , así como llegó, se fue la niebla. Estábamos como a un kilómetro de donde debimos bajar, y a mí se me ocurre comentar "..ven esto es lo que puede ocurrir..", se produjo un silencio abrumador.
A Dios gracias, todos los Pumitas siguieron participando en el taller, pero no recuerdo a los papás...!
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En más de 20 años en el Colegio, muchas cosas cambiaron y los alumnos también, ¿qué cosas cree usted que se mantuvieron en el tiempo en todas esas generaciones de cordilleranos?
Cambian las caras y los nombres pero se mantiene el cariño y respeto para quienes los han guiado y ayudado en su formación como personas.
En todas las generaciones noté ese interés por aprender más allá de lo que era necesario para su futuro como profesional, si no que exploraban otras áreas como la música, el arte, la ayuda social, el deporte, etc. que los desarrollan como personas integrales.
Un poco de biología: Estas actividades producen unas hormonas llamadas endorfinas o de la felicidad. Hacen que las personas tengan sensación de bienestar general, por lo que es bueno promover que realicen este tipo de actividades.
Hoy en día, el vóleibol es un deporte tan fuerte dentro del Colegio como lo son el fútbol y el atletismo. Ejemplo de eso es el reciente 3er lugar en la Copa Deportivo Escolar UC de la categoría Superior, y la creación de la Copa CAC de Vóleibol. ¿Qué siente al ver estos resultados y avances de esta disciplina?
El Cordillera tiene todo para destacar en lo que se proponga y sus alumnos son muestra de ello. En cuanto al deporte, me alegro muchísimo que el voleibol esté nuevamente en el lugar que se merece y del que nunca debió haber salido.
¿Cómo son sus reencuentros con ex alumnos?, y ¿Qué sensación le queda hoy cuando se los topa, luego de tantos años?
Con los que me he encontrado de manera fortuita, me saludan con calidez y cariño, conversamos un poco de la vida de cada uno y luego a seguir por su camino.
Quedan las ganas de saber más, de tener otras instancias para conversar. Recordar algunas anécdotas, reírnos de las travesuras y por que no, saber de sus proyectos nuevos y familia.
Muchas gracias Don Jorge, por su calidez y el compromiso que marcaron su paso por el Cordillera. Su legado trasciende el deporte en cada uno de nosotros, que aprendió con usted, el valor del esfuerzo, el respeto y el trabajo en equipo. Le deseamos lo mejor en sus proyectos actuales y futuros, y esperamos contar con su presencia en un futuro encuentro de LEONES.